30/5/07

Believe liebe

"Hoy algunos recordamos con amor y apego los dias cambiantes de la adolescencia, han pasado ya los problemas de dimensiones inimaginables, las desdichas y los desamores. Para hacer lugar a problemas de otro tipo. Ni la muerte importa ya, hemos crecido uno al lado del otro, nos hemos vuelto viejos."
...



Shhhhh... que ahi empieza:

Lo miro.

Este individuo que descansa aqui acustizado del "mundo real", se ha vuelto sordo ante tanta infamia, y una vez se quita los zapatos, se hilvana dentro de su propio cerebro. Usando su craneo como dedal. Ciego.
Nomenclaturas incoherentes a delegado a sus pensamientos, se ha catalogado a si mismo sin saberlo, como un inconformista-dependiente. Solo en su habitacion se regodea de no tener nada.

Mas yo se que se dijo entre secretos a si mismo:
...es tiempo de terminarlo todo...

Muchas otras frases recorrieron su mente, pero esa perseveró durante dias, en su inconciente. Menospreciado por la sociedad, caminó hasta el espejo y dio un sorbo de la botella...
Nada cambia de sabor.
Despues de un tiempo mas preguntas se formaron en la sien nervosa, y convirtióse su cara en algo parecido a un guanaco, su rostro se torció hacia adelante, como si estuviera a punto de escupir. Se miro al espejo y escupió...
Abatido, caminó hacia el rio, encapuchado... corrio a su vera observando el horizonte, olvidó televisores y ritmos musicáles. Olvidó autores. Caminó durante horas. Deambuló.
Se reflejó en el agua y dijo para adentro:
...es tiempo de terminarlo todo...
Solo remojó sus pies sudados, y espero al atardecer, dormido. Se desperto con el rocío en la cara, y sonrió, las facciones estaban aliviadas, descontracturado corrió de vuelta a su casa, en su semblante apagado habian vuelto las muecas amistosas.
Al mirarse al espejo mas detenidamente, se reconoció, pero se dio cuenta de que al final nada habia cambiado. Tomo su tiempo para replantear su vida, miró alrededor, vio todo lo que habia juntado con el paso de los años, y sintio un vacio enorme. Abrio el cuarto cajon de la cómoda y de alli sacó un pequeño cofre, adentro guardaba un papel, ese papel tenia una mancha de sangre en él, y el sabia a quien pertenecia, lo miro fijamente y en silencio recordó. Sus ojos se llenaron de lagrimas, recordó tambien una cancion y un lugar, de repente como un taladro, centenares de sensaciones penetraron en su cabeza, y abombado por el pensamiento, cayó de rodillas al piso, enjugo sus lagrimas en la manga de la campera y cerro los ojos.
Una o dos horas después todo habia terminado, pero sus manos, que antes habian cargado grandes volumenes, ahora ni siquiera podian cargar el pequeño papel, sentía que hasta sus uñas caerían de sus manos en cualquier momento. Penso en el señor del piso de arriba, tan encorvado que se achicaba de una manera bochornosa, y recordo las veces que lo ayudó a cargar las bolsas llenas de alimento para gatos.
Salio apresurado de su casa, sin poder cerrar la puerta con la llave, y con los brazos colgados se dirigió al parque, donde podria pasearse sin levantar sospecha. En los columpios los niños se hamacaban y mecian, desafiando a la gravedad. Envidioso volteó y miro hacia donde estaban los cañones, y recordo alguna historia perdida de la guerra en su memoria, no sabia casi nada de la guerra, no era un tema de charla para el, asi que solo le quedó sentarse y observar.
Los pajaros comian del piso y cada tanto alguna pisada distraida los hacia revolotear, las madres y los padres miraban de reojo para buscar a sus hijos sin que se notase que los estaban buscando, y la calesita ya habia cesado su musica. En ese momento una voz surge de entre los arboles, y el frio del metal de los cañones que hasta ahora se habia ocultado, se hace presente, enfriandolo por completo.
-Ariel! Ariel Carrera!!- Dijo la voz.
No quiso darse vuelta enseguida, quiso hacer creer que estaba ocupado en algo interesante, quiso creerse interesante.
-Ariel!- Repitio la voz cada vez mas aguda, cada vez mas femenina.
-Uf... Uf...- Jadeó -Por fin te alcanzo, es que no te acuerdas de mi? O es que me estas escapando?
Sus ojos eran los mismos, pero todo lo demás en ella era diferente. Aun así, detras de los trapos voluptuosos el podia reconocer sin problemas a la chica de la sangre en el papel. Y su nombre.
-Hola Mariela.

Punto para la casualidad.

Como si fuera un cliché.

No pudo creer lo bella que estaba, ni lo elegante que se veia, y tal fue el impácto que eso causó en el que no pudo decir ni una frase acertada. El encuentro fue tan fugaz como un disparo. Como un disparo de cañon.
-Bueno, que agradable haberte encontrado, seguis viviendo en el mismo lugar?- Preguntó ella.
-Si, por suerte.
-Entonces terndrás el mismo telefono?
-S...Si, sisi el mismo el mismo!- Y se lo anoto con un boligrafo, en un boleto de tren que ella le facilitó. No dudó en notar que el boleto tenia el nombre de un lugar no muy cercano, mas exactamente, la ciudad de Rxxxx. Una vez anotado el numero le devolvió el boleto y pregunto entre dientes.
-Hablamos entonces?- Obviamente eso no era lo que queria preguntar pero eso fué lo que salió de su boca. Y ella que ya se iba, se termino llendo.
Carrera se dió cuenta de que sus manos, habian recobrado la vida, hace un rato ya en realidad, pero recien lo notaba, hacia calor en sus mejillas. Se levanto y volvió a su hogar. En el camino se cruzó al viejo de arriba, se dirigia al almacen, sin decirle nada lo esperó en la esquina y fumó un cigarrilo, el primero de los dos o tres o ninguno que suele fumar al dia. Agitado por el humo vio que el viejo no venia y regresó al edificio un poco preocupado. Se miró al espejo, tras el, no habia nadie, la puerta del baño estaba abierta, vio a travez de ella, y divisó el cajon abierto, el cofre y el papel manchado. Se sentó en la cama, miró el telefono, que reposaba en la mesa de luz, y esperó alli un buen rato, tomó el libro de Dylan Thomas y releyó un par de cuentos. El teléfono no sonó. Se sacó los zapatos y se metió en la cama. Intentó seguir leyendo pero no pudo. Cuando se desperto a la madrugada (como de costumbre), la luz seguia prendida. Encendió el televisor, eran las 4 de la mañana, miró el teléfono, estaba mal colgado.
Rapida(pero torpe)mente levantó el tubo y escuchó el contestador. Habia un solo mensaje, llamaron y cortaron.

A la mañana siguiente tardó en despertarse, habia soñado algunas cosas un poco extrañas, que lo habian perturbado, por lo que se levantó algo deprimido, con un poco de miedo a salir de su casa. Eran las 10 de la mañana, y estaba nublado, todavía se escuchaba el ruido de los perros y al diariero que circulaba tocando la bocina de goma. Por primera vez en años compró el diario, y como toda la gente que no suele leer asiduamente el diario, fué sin pensarlo a la página de los chistes, "nada del otro mundo estos chistes" pensó. Intentó hacer los crucigramas, todos quedaron a menos de la mitad de finalizarse, ni siquiera le otorgaban merito alguno. Su última oportunidad de ver algo bueno en el diario era el horoscopo.
"Escorpio.
No se deje llevar por viejos problemas. Organicese y vislumbrará nuevas salidas. Pequeño momento de frustración."
Sonó el telefono, era ella.
-Hola...
-Hola? Ariel?
-Si, hola... mariela?
-Hola! me estoy llendo de la ciudad asi que queria decirte que fue un gusto verte y nada, no se, queria desearte suerte, te vi muy diferente, asi que creo que, no se, que has crecido.
-Es que me veo muy distinto?
-No lo se, algo asi, pero seguramente es para mejor.
-Tu tambien te veias distinta. - Por telefono solía tener un poco mas de valor.
-Eso crees?
-Si, si, no te lo dije ayer pero te veias muy bien.
-Ay te lo agradezco, mira, me tengo que ir sabes? cuando este por la ciudad te volvere a llamar, adios.
-Bueno dale, pero...
-Que? dime.
-Nada, nada. Adios y suerte- En realidad no era tanto el valor que tenía.
Nunca mas supo nada de ella. Y no por mucho mas tiempo vivió en esa casa. Pero mientras el no estuvo, el teléfono sono varias veces. Y otras personas, esta vez desconocidas por Mariela, contestaron los llamados.
Otro punto para la casualidad.

...es tiempo de terminarlo todo...
Pensó mil veces mas a lo largo de su vida. Pero ese problema, el de pensar demasiado fue lo que nunca pudo corregir, y no digo tampoco que no pudiera, sino que quizas penso demasiado en como hacerlo. Simplemente.

Lo miro.
...Y le grito al oido!
Desalmado!!
y le grito al oido de carton.
AAAAAhfgggrrrrrhhhgaaah!!!!!!!!!!!!!
Entre tantos parentesis estamos
que la cámara
hace rebotar el grito
y lo devuelve al silencio.

Otaku.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esto me da ganas de seguirte leyendo. Te voy a tirar tantas rosas que te vas a inflar cual globo de helio y te vas a ir para arriba con el ego. Aunque pensandolo bien, no lo creo tan factible. Sos Otaku.

Anónimo dijo...

mira, es mui largo... los otros los lei, vos deime si sta interesante i lo leo, sino no viste:P
hahahahahha
moa nene! kuidate... te posteo aka porke vos decis k nunka lo veo; i komo ahora lo vi te posteo en dnd pueda :)