Apagon juvenil

Siempre tienen las mismas cosas esas, los mismos ojos, las mismas palabras, y al fin es solo algo que queda prendido de mi lengua a punto de soltarlo en forma de nombres o pistas, o maldecir al viento que te trae volando en el recuerdo. Junto los ojos y miro mi mano, que forma una linea con tu rostro, miro fijo mi índice erguido y te veo doble, y aun así te reconozco, y no se si es la manera en la que me encuentro lo que me hace disfrazarte, pero eso que esta ahí no sos vos, vos tenés piernas reales, eso que veo no es mas que una copia de lo que hay en una sombra o una silueta ni siquiera tiene un relieve. Combinados los trazos. Combinado el engaño, ahora estas hecha de papel y nube, humo de cigarrillo que me obliga a cerrar los ojos... por eso a cierta hora miramos atardeceres (sólo a cierta hora). En momentos todo se vuelve romántico, ayer durante el extenso apagón las estrellas se veían todas ellas, a si mismas entre ellas, entrenadas entre todas, turbias, diversas fuentes de luz reflejada desde el interior del magma blanco. Caía la estela y entre la bruma de la oscuridad sentí mis manos llenas de gente, todos los que bajo la oscuridad retrocedían en el tiempo hacia la primigenia creación fabular, estaban conmigo abarrotados detrás de sus pestañas, comandados por la unión hacían fuerza para no soltarse, y en esa comunión con el manto anualumínico se hizo la nueva imagen del hombre. En esa noche de apagón tu mano se cruzo con la de algún otro y la energía que emanabas de tu corazón llegó hasta el mio elevándome del suelo dejandome tieso ante los temores de ser absorbido por el cielo. Pero el mismo cielo que sin ojos o lleno de ellos me observa arrojo una estrella para decirme con señas lejanas que todo se normalizaba de acuerdo a lo esperado, y al dormir, lo buscado fue objectual.
Arrinconados de sonidos. Abrigos y sandalias, donde no hace frió en el corazón y nuestros pies tocan la tierra un centímetro de árbol mas arriba del nivel del mar. Ese era el sueño.

otaku.